Factores (y resultados) de aprendizaje en la enseñanza de la música contemporánea: una experiencia en el aula universitaria

La música cultivada desde hace alrededor de mil años por músicos importantes y eminentes, existe sólo para un diminuto círculo de viajeros interesados que en todas partes son siempre los mismos”.
(Nikolaus Harnoncourt, Discurso sonoro, 24)

1. Introducción

Si el mundo de la música cultivada –llámese también académica, culta o clásica-, en palabras de Harnoncourt, sólo existe para un diminuto círculo, ¡que no será el mundo de la música contemporánea!

En puertas de celebrar, en pocos años, el centenario de la Dodecafonía, tal cual fue enunciada por Schönberg entre 1921-1922, no podemos menos que admitir que:

La mayor parte del público no se halla interesado en absoluto en ninguna música contemporánea. Es cierto que resistirán más pacientemente toda una obra si no agrede sus oídos con el ruido más atrozmente desagradable, pero no será lo que les empujó a la sala de conciertos. Quieren más Mozart, Bach, Tchaikovsky, Chopin: más de lo que ya saben que les gusta” (Rosen: 2014:132).

Por tanto, debemos impedir que la música contemporánea, progresivamente, desaparezca de las salas de concierto, salvo festivales específicos, dado que su lenguaje, en buena medida, resulta ajeno al público de hoy día, ya de por sí reducido, aún más diminuto que el de la música anterior a 1900:

Si hoy en día se retirase la música histórica de las salas de concierto y sólo se ejecutaran obras modernas, pronto quedarían desiertas; exactamente lo mismo, a la inversa, habría pasado en tiempos de Mozart si se hubiese privado al público de la música contemporánea y sólo si hubiese ofrecido música antigua (por ejemplo, música barroca). Como vemos, la música histórica, en particular, la del siglo XIX, es hoy la portadora de la vida musical. Eso no había sucedido nunca desde que existe la polifonía (Harnoncourt, 2006: 15).

De este modo, consideramos fundamental la enseñanza y profundización de esta materia entre el alumnado, especialmente, a nivel superior, para que la música de nuestros días, procedente de los estilos de las primeras vanguardias del siglo XX, dé lugar a la música contemporánea de este nuevo siglo que espera ante nosotros.

2. El estilo de la música contemporánea

Pero, en el afán de abordar la enseñanza de la música contemporánea a nivel superior, es preciso sumergir al alumnado en el estilo de la misma, labor que implica un gran esfuerzo tanto por parte del docente como del discente, dada la multiplicidad estilística de la música del siglo XX, incluso, como frecuentemente ocurre, dentro del catálogo de producción de un mismo autor.

De cualquier forma, el estilo es un parámetro básico en el aprendizaje de la música, porque debe entenderse como una herramienta de expresión, determinada por las circunstancias histórico-estéticas que rodean al compositor en el momento de la creación de la obra y, en suma, el estilo revela encarnada la idea artística del autor, dentro de ciertas coordenadas estéticas comunes a un grupo de personas, por limitado que éste sea, como explica Meyer:

Los estilos musicales son sistemas más o menos complejos de relaciones entre los sonidos entendidos y usados en común por un grupo de individuos. Las relaciones que se tienen dentro de un sistema estilístico de este tipo son tales que:

a. Sólo algunos sonidos o «combinaciones sonoras unitarias» son posibles;

b. Aquellos sonidos posibles dentro del sistema pueden plurisituacionales dentro de límites definidos;

c. Los sonidos posibles dentro del sistema pueden combinarse sólo de ciertas maneras para formar términos compuestos;

d. Las condiciones expuestas a, b y c están sujetas a las relaciones de probabilidad que prevalecen dentro del sistema;

e. Las relaciones de probabilidad que prevalecen dentro del sistema están en función del contexto de cada obra concreta, así como del sistema estilístico en general” (Meyer, 2009: 63).

De esta manera, la inmersión en un estilo musical determinado puede llevarse a cabo de muy variadas formas, ya sea a través de un estudio teórico o práctico, o bien, la combinación de ambos, aunque, sin duda, en la música, la escucha cobra un papel absolutamente insustituible, acompañada por un esfuerzo de conceptualización para el profano, es decir, de una labor de tipo intelectual: “el estilo es un todo intelectual. Lleva consigo a su fascinación a todas y cada una de las cosas” (Swarowsky, 1989: 22).

Por tanto, para llevar a cabo esta mencionada inmersión debemos sumergir al alumno, con la mayor naturalidad posible, en el lenguaje contemporáneo, a través de la escucha y, posteriormente, del trabajo intelectual que supone el análisis de ciertas obras paradigmáticas de la época, al igual que puede aprenderse el lenguaje musical tradicional por primera vez, como menciona Rosen (2010: 22): “el sistema se aprende del mismo modo que los niños aprenden un idioma, es decir, escuchando a sus padres y a sus hermanos mayores y a amigos”.

El conocimiento del estilo y la profundización en los múltiples lenguajes de la música contemporánea se constituyen, pues, como nuestro punto de partida en el objetivo de la enseñanza de la música a nivel superior, porque “como músicos difícilmente podremos vivir en el pasado, ya que la música sólo toma cuerpo en el aquí y ahora” (Ros Marbà, citado en Madigan, 2008: 154).

3.- Metodología

A continuación, vamos a comunicar una experiencia de aprendizaje en la asignatura Orquestación II, optativa de cuarto curso del Grado Universitario de Música.

Muestra

En este estudio hemos obtenido una muestra aleatorizada de nueve alumnos de cuarto curso de Grado de Música, que se inscribieron, de manera voluntaria, en la asignatura optativa de primer cuatrimestre Orquestación II.

Así pues, podemos observar, en una variable socio-demográfica como el género, un mayor porcentaje de hombres (66,6%) frente al de mujeres (33,3%), y, en cuanto a los conocimientos previos, observamos una amplia mayoría en cuanto a la asignatura del curso anterior –también optativa- Análisis de la música de los siglos XX y XXI (un 77% la había cursado, frente a un 22% que no), así como cierta igualdad en la asignatura Orquestación I, de carácter obligatorio, también perteneciente al curso anterior (un 55% la había cursado, frente a un 44%, que no la había cursado).

Figura 1. Gráficas de corte sociodemográfico y conocimientos previos (elaboración propia)

Procedimiento

La asignatura Orquestación II es una optativa de cuarto curso en el Grado de Música –con cuatro años de duración y una carga lectiva de 240 créditos ECTS- y supone, por un lado, la continuación de la asignatura Orquestación I, impartida en el curso anterior, y, por el otro, resulta complementaria de otra de las asignaturas optativas, Análisis de la música de los siglos XX y XXI.

El contenido de la materia se divide en dos bloques, a saber, uno sobre técnicas instrumentales extendidas, donde se comentan distintos efectos de la interpretación orquestal de los siglos XX y XXI, hasta el actual do it yourself; otro sobre las corrientes de orquestación más importantes del período estudiado, puntillismo, microtonalidad, música serial, micropolifonía, música de textura, aleatoriedad, superposición de planos, orquestación arborescente etc.

La asignatura Orquestación II tuvo lugar entre la semana del 30 de noviembre y la semana del 30 de febrero del curso escolar, y transcurrió en los siguientes términos: se impartieron treinta y una sesiones presenciales de noventa minutos cada una, dos a la semana; se entregaron cuatro trabajos de orquestación y un análisis de orquestación de autores del siglo XX: Stravinsky (análisis de orquestación), Webern, Ligeti, Riley, Boulez, en este orden. Frente al plan de trabajo de diversos manuales de la materia, que proponen la re-orquestación de diversas obras de repertorio, o bien, la orquestación de reducciones para piano de éstas, se propuso el ejercicio de orquestar obras originales para piano y/o voces de los autores mencionados, que nunca habían sido orquestadas anteriormente, tratando, así, de poner en valor el trabajo de los alumnos como co-creadores de la obra a partir de la orquestación de la misma.

Asimismo, durante las clases, con el objetivo de aprehender, no sólo los fundamentos de la orquestación de música contemporánea, sino, también, el estilo de la música del siglo XX, los alumnos fueron sometidos a una gran cantidad de audiciones comentadas de este período, tanto para orquesta como para otras formaciones instrumentales y/o vocales; se explicaron determinadas estrategias orquestales a través del análisis, con partituras marcadas; el docente ofreció, además, una solución personal para cada actividad de las cinco planteadas en la programación.

Figura 2. Webern, Sinfonía Op. 21, I, partitura de estudio (elaboración propia)

Figura 3. Ligeti, Nonsense Madrigals: The Alphabet, (orquestación del profesor)

La metodología utilizada resultó 100% on line, con clases semanales en directo, a través de videoconferencia, que podían verse en diferido si era imposible asistir en directo. En cuanto a la evaluación, se estableció, según la normativa de la universidad, un porcentaje del 60% para la nota del examen, frente a un 40% de la nota de la evaluación continua y otros recursos participativos de la plataforma, fragmentada a su vez en elaboración de trabajos (20%), resolución de casos prácticos (15%), participación en foros puntuables, test y asistencia a clases en directo (5%).

4. Resultados

Durante el transcurso de las clases, la asistencia del alumnado fue irregular. A partir del primer mes, la clase se dividió en dos bloques bien diferenciados, el grupo que no había cursado Orquestación I (n=3; 33,3%; alumnos 5, 6, 8 ) dejó de asistir a clase y de participar en las actividades de la plataforma; el grupo que sí había cursado Orquestación I (n=6; 66,6%; alumnos n º 1, 2, 3, 4, 7, 9) mantuvo el interés por la asignatura con un porcentaje de asistencia y de participación muy alto[1]. De esta manera, el número inicial de alumnos, ya de por sí muy reducido, n=9, se limitó, durante casi todo el cuatrimestre, a un grupo de n=6.

Los datos de asistencia de cada uno de estos estudiantes, en dos medidas diferentes, número de clases y porcentaje, han quedado registrados, directamente, en la plataforma de la universidad, así como el dato de participación en otras actividades de la plataforma, expresado, en la siguiente tabla, en horas y minutos.

Tabla 1: relación de asistencia y tiempo registrado en la plataforma (elaboración propia)

Con un grupo tan reducido, los contenidos del temario y la corrección de las actividades se  trabajaron con una enorme profundidad y la atención a las necesidades de cada estudiante fue extremadamente personalizada.

Al margen de diversos errores en el detalle, las actividades orquestación entregadas por los estudiantes reproducen con fidelidad el estilo del compositor de la obra original, como puede apreciarse en los materiales que reproducimos a continuación:

Audio 1: Webern, Sinfonía Op. 21, I, orquestación de Alumno 1

Audio 2: Webern, Sinfonía Op. 21, I, orquestación de Alumno 4

Figura 4: Webern, Sinfonía Op. 21, I, orquestación de Alumno 2

Audio 3: Nonsense Madrigals: The Alphabet, orquestación de Alumno 3

Audio 4: Riley, In C, orquestación de Alumno 9

Figura 5: Riley, In C,orquestación de Alumno 9

Figura 6: Boulez, Douze notations, II, orquestación de Alumno 7

Exponemos, finalmente, los resultados finales de los alumnos en la asignatura Orquestación II, con la calificación del examen, sobre un total de diez puntos, la calificación global de las actividades, sobre un total de cuatro puntos, y la calificación global de la materia.

Tabla 2: relación de resultados (elaboración propia)

Como puede apreciarse, hay una enorme diferencia entre los alumnos que abandonaron la asignatura y los que no, de hecho, la puntuación en todos los apartados de los alumnos (n=6) que siguieron las clases semanalmente es realmente elevada, como puede apreciarse en la siguiente tabla:

Tabla 3: relación de resultados n=6 (elaboración propia)

Por último, cabe reseñar que, mediante una encuesta interna y anónima, los alumnos calificaron los parámetros docentes de la asignatura con una media de 9,98 puntos sobre diez.

5.- Conclusiones

La principal conclusión observada reside en que se ha dado una situación de aprendizaje marcada por un grupo de dimensiones reducidas, corroborada por un resultados académicos elevados. Se aprecia, asimismo, como ítem determinante, el factor los conocimientos previos, dado que un 66,6% de la clase había cursado Orquestación I, mientras que un 77,78% había cursado Análisis de la música de los siglos XX y XXI. Asimismo, se aprecian grandes contrastes entre el grupo de alumnos que abandonaron la asignatura, con una nota media de 0,8, frente a la media de 9,8 del grupo que no lo hizo, con una asistencia del 3,2% para n=3, frente a una del 59,6% de n=6. Este modo, la asistencia a clase se muestra como una cualidad, igualmente, capital, en la obtención de los resultados de la asignatura.

A continuación, reproducimos algunos de los comentarios de los alumnos de n=6 que fueron enviados a la plataforma, voluntariamente, justo después de terminar la asignatura:

Alumno 1: “Ha sido una de las mejores asignaturas de la carrera”.

Alumno 2: “Muchísimas gracias por las clases… y por la calificación”.

Alumno 3: “He aprendido lo que nunca pensé que podría llegar a aprender, me he divertido, he ido a clase siempre con ganas, sin pereza ninguna”.

Alumno 4: “Ante todo, agradecer la fertilidad que han aportado mis compañeros a la asignatura, ya que no habéis parado de ofrecer, recibir y compartir información de la cual yo me he visto beneficiado. pido disculpas por no haber podido aportar apenas nada debido a una enfermedad que me ha traído más consecuencias de las previstas”.

De este modo, podemos observar que es posible interesar a los alumnos en una asignatura centrada en música contemporánea y que conviene esforzarse en la docencia de los lenguajes experimentales del siglo XX a la actualidad, porque de esta circunstancia depende, hasta cierto punto, buena parte de la pervivencia de este arte: “ciertamente, sentir placer con la música es la señal de comprensión más obvia, la prueba de que la entendemos, un sentimiento en que podemos incluir la afinidad que experimentamos con los oyentes que también deleita…” (Rosen, 2017:11).

Referencias bibliográficas

  • Madigan, M. (2008). Un acto de libertad. Charlando con Antoni Ros-Marbà. Madrid: Ediciones Autor.
  • Meyer, L. (2009). La emoción y significado en la música. Madrid: Alianza.
  • Rosen, C. (2005). Las sonatas para piano de Beethoven. Madrid: Alianza.
  • Rosen, C. (2010). Música y sentimiento. Madrid: Alianza.
  • Rosen, C. (2014). El piano: notas y vivencias. Madrid: Alianza.
  • Rosen, C. (2017). Las fronteras del significado. Barcelona: Acantilado.
  • Stravinsky, I. (2006). Poética musical. Barcelona: Acantilado.
  • Swarowsky, H. (1989). Defensa de la obra. Real Musical: Madrid.

Notas


[1] Cabe destacar que el alumno n º 4 se vio afectado por una enfermedad de carácter grave, que le requirió ingreso hospitalario, por lo que su participación en la asistencia resulta muy baja; sin embargo, el tiempo empleado en la plataforma y en la entrega de actividades permite comprobar que en ningún momento abandonó la asignatura.

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“La música cultivada desde hace alrededor de mil años por músicos importantes y eminentes, existe sólo para un diminuto círculo de viajeros interesados que en todas partes son siempre los mismos”. (Nikolaus Harnoncourt, Discurso sonoro, 24) 1. Introducción Si el mundo de la música cultivada –llámese también académica, culta o clásica-, en palabras de Harnoncourt,…

“La música cultivada desde hace alrededor de mil años por músicos importantes y eminentes, existe sólo para un diminuto círculo de viajeros interesados que en todas partes son siempre los mismos”. (Nikolaus Harnoncourt, Discurso sonoro, 24) 1. Introducción Si el mundo de la música cultivada –llámese también académica, culta o clásica-, en palabras de Harnoncourt,…

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